AMBIENTE Y TERRITORIO I

AMBIENTE Y TERRITORIO. I

“Conseguir que la globalización funcione servirá de poco si no podemos solventar nuestros problemas medioambientales. Nuestra atmósfera y nuestros océanos son recursos globales; la globalización y el llamado progreso económico han realzado nuestra forma de explotar estos recursos de forma más implacable y a un ritmo más rápido que nuestra capacidad de gestionarlos” afirma Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001.

Hoy, el hábitat de la globalización son las ciudades y los sistemas de ciudades. Aproximadamente el 50% de la población mundial es urbana pero en 2025 el 75% de la población mundial vivirá en ciudades; en los próximos 25 años, casi 2.000 millones de personas nacerán o pasarán a vivir en ellas, especialmente en las grandes urbes de países en vías de desarrollo. Tendremos entonces más de 500 ciudades que superen el millón de habitantes.

Qué sucede con el territorio global, cuando en las dos o tres últimas décadas el sistema urbano-agro-industrial ha actuado por encima de la capacidad de regeneración del planeta Tierra?. Pasa que en el siglo XXI, el Cambio Climático promete ser un gravísimo problema generado por el metabolismo del capitalismo global, que incidirá de forma muy seria en la propia base de recursos, en los ecosistemas y, por supuesto, en las sociedades humanas. De hecho, lo está haciendo ya (sequías extremas, lluvias torrenciales, regresión de glaciares y casquetes polares, subida paralela del nivel del mar, incremento de la desertización, afección a los ecosistemas y biodiversidad, etc.), repercutiendo más gravemente en los países del Sur Global, a pesar de que su origen principal está en el Norte del planeta. Esta realidad es parte de la crisis civilizatoria que vivimos.

Tanto a nivel planetario como en nuestro ámbito de vida inmediatos se requiere una ética ecológica y una actuación en el territorio, en que lo ambiental se entienda como un nuevo “lenguaje de inscripción” de saberes y prácticas que den cuenta de la necesaria relación entre cultura y naturaleza para su pervivencia, como ámbito de convivencia de lo humano y no humano; y el paisaje como la interrelación entre la geografía física y los procesos históricos y socioculturales de un territorio, lo cual comprende  sistemas complejos (lo local/ lo regional), performativos, multidisciplinares, multiescalares y de larga duración.

Se requiere construir nuevas nociones que permitan comprender y actuar frente a esta realidad, como sugiere Sanford Kwinter “ecologías existenciales de las ciudades: un concepto que quiere abarcar todo aquello que se requiera para la habitación y utilización dinámica y creativa del entorno contemporáneo o, por decirlo de otro modo, las dimensiones sociales y culturales de nuestro entorno enraizadas en lo natural.” , o al decir de Mohsen Mostafavi, desdibujar fronteras/ reconocer su carácter difuso y enzimático/ mirarse en la fluidez de la ciudad / arriesgarse en la acupuntura urbana.

La especificidad de Quito – Distrito Metropolitano está en su territorio, en su geografía andina y barroca, en su biodiversidad, en su variedad climática y ambiental; en los diez mil años de presencia humana. En este momento marcado por un peligroso (irreversible ?) acercamiento a un colapso biológico y ambiental del planeta, es posible demarcarse de esa “ruta al desarrollo” de las sociedades modernas y emprender un camino diferente ?

Luis López López

mayo de 2016